La densitometría ósea es una herramienta valiosa para evaluar la salud de nuestros huesos y prevenir fracturas óseas.
A medida que envejecemos, la densidad mineral ósea disminuye, lo que aumenta el riesgo de fracturas, especialmente en mujeres posmenopáusicas y personas mayores.
Sin embargo, la densitometría ósea puede desempeñar un papel crucial en la identificación temprana de la osteoporosis y otras enfermedades óseas, permitiendo tomar medidas para reducir el riesgo de fracturas.
¿Qué es la densitometría ósea?
La densitometría ósea es un examen médico que mide la densidad mineral de los huesos, generalmente en la columna vertebral, caderas y antebrazos.
Se realiza mediante una máquina especializada que emite una pequeña cantidad de radiación.
Los resultados se expresan en términos de puntajes T y Z, que comparan la densidad ósea del paciente con la de personas de la misma edad y género.
Identificando el riesgo de fracturas
La densitometría ósea permite a los profesionales de la salud evaluar el riesgo de fracturas óseas.
Los puntajes T y Z proporcionan información sobre la densidad mineral ósea actual y la comparan con valores de referencia. Cuanto más bajo sea el puntaje T, mayor será el riesgo de fracturas.
Intervenciones para reducir el riesgo
Una vez que se ha identificado un riesgo elevado de fracturas, es posible tomar medidas preventivas. Estas medidas pueden incluir:
- Cambios en la dieta: Aumentar la ingesta de calcio y vitamina D a través de la alimentación o suplementos puede fortalecer los huesos.
- Ejercicio: Un programa de ejercicio específico, como el entrenamiento de fuerza, puede ayudar a mejorar la densidad ósea y la fuerza muscular.
- Medicamentos: En algunos casos, los médicos pueden recetar medicamentos para aumentar la densidad ósea y reducir el riesgo de fracturas.
- Estilo de vida saludable: Evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol también es esencial para la salud ósea.
Frecuencia de la densitometría ósea
La frecuencia de las densitometrías óseas depende de factores como la edad y los resultados anteriores. Tu médico determinará cuándo debes someterte a una nueva prueba.
Por lo general, se recomienda que las mujeres posmenopáusicas se realicen una densitometría ósea cada dos años.