La obesidad infantil está incrementando a un ritmo acelerado y las cifras muestran que los niños que son obesos crecerán como adultos obesos.
Se estima que un niño es obeso cuando sobrepasa el 20% de su peso ideal.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para el 2025 en el mundo habrá 70 millones de niñas y niños menores de 5 años que tendrán sobrepeso o serán obesos, condición que podrían acarrear de por vida si no se corrige de manera temprana.
La obesidad infantil tiene las mismas causas básicas que la obesidad en el adulto: se ingieren muchas calorías y no hay suficiente actividad física.
En México, por lo general las comunidades urbanas suelen ser las más afectadas por este problema.
De acuerdo a estadísticas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef): “1 de cada 20 niñas y niños menores de 5 años y 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad.”
¿Cuáles son las causas?
Hay dos factores importantes:
1 Ausencia de una dieta balanceada. Los niños deben mantener una dieta rica en todos los grupos alimenticios, pero prefieren la comida rápida que tiene más grasas y azúcares.
2 Disminución de las actividades físicas. Muchos niños llevan una vida sedentaria, pasando mucho tiempo viendo televisión, en la computadora o jugando videojuegos y ya no se involucran en realizar actividades recreativas que los mantengan en movimiento.
La obesidad infantil puede provocar enfermedades como la diabetes y la hipertensión, además de problemas circulatorios, del corazón o de los riñones, que provocan graves repercusiones que llegan a afectar la calidad de vida.
¿Cómo la combatimos?
Algunas medidas que pueden evitarla son:
– Incrementar la ingesta de frutas, verduras y cereales integrales en su dieta.
– Disminuir el consumo de grasas saturadas y azúcares.
– Realizar actividad física mínimo 1 hora al día.
El papel de los padres es fundamental para garantizar una sana alimentación en los pequeños.
Los menores no suelen ser los responsables de los alimentos que consumen y mucho menos llegan a comprender cuáles son las consecuencias que puede provocar llevar una mala alimentación.
Los pequeños deben tener una dieta saludable y esta debe ser creada desde casa; al mantener una buena nutrición en los niños se pueden prevenir enfermedades y se mejora su estado de salud.
¿Cómo afecta la obesidad a los niños?
La obesidad infantil tiene muchos componentes negativos. Está el físico, ya que esta enfermedad impide al niño desarrollar actividades de manera normal junto al resto de sus amigos y compañeros de escuela. Además, se une el riesgo de que aparezcan otro tipo de enfermedades derivadas, como podría ser la diabetes, hipertensión arterial o problemas coronarios, entre otras muchas.
Y, en último lugar, habría el factor psicológico. Procurar que los niños tengan una autoestima óptima es clave para su desarrollo mental y la obesidad puede suponer para ellos un obstáculo insalvable.
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